Aunque tu casa tiene dos vidas, a menudo solo prestamos atención a una. Por un lado está la vida diurna, definida por la luz natural de la Costa Blanca. Por otro lado, tenemos la vida nocturna, que es un lienzo en blanco. Aquí es donde entra en juego la iluminación arquitectónica.
No se trata simplemente de “ver en la oscuridad”. Al contrario, el objetivo es dar forma al espacio, crear intimidad y provocar emociones cuando cae el sol. En La Quinta Fachada, vemos la luz como un material esencial, tan importante como la piedra. Si el diseño es malo, la casa parecerá fría. En cambio, un buen proyecto la convierte en una obra de arte.
Más allá de la bombilla: La diferencia clave
Para entender el lujo, primero debemos distinguir dos conceptos básicos.
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Alumbrar: Es un acto funcional. Por ejemplo, la luz plana de una oficina que elimina las sombras.
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Iluminar: Es el arte de destacar lo importante. En la iluminación arquitectónica, la sombra es necesaria. De hecho, decidir qué dejamos oscuro es lo que aporta misterio y calidez al hogar.
La temperatura de color: El secreto del confort
¿Alguna vez has entrado en una casa y has sentido que parecía una clínica? Generalmente, el culpable es el color de la luz. Por eso, en las residencias de lujo evitamos los blancos fríos. Nosotros trabajamos solo con tonos cálidos:
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2700K: Ideal para salones y dormitorios. Es una luz dorada que, además, invita a relajarse.
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3000K: Perfecta para cocinas y baños. Es un blanco suave que permite ver bien, pero sin perder la elegancia.
Luz invisible: Foseados y cortineros
Hoy en día, la tendencia es que la lámpara no se vea. Es decir, queremos ver el efecto de la luz, pero no la bombilla. Para conseguirlo, la iluminación arquitectónica usa la integración:
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Foseados en techos: Creamos huecos en el techo donde ocultamos tiras LED. Así, la luz rebota y cae suavemente.
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Luz rasante: Ocultamos luces pegadas a paredes de piedra o madera. De este modo, la luz resalta la textura de forma espectacular.
Control inteligente: La luz que se adapta
De nada sirve tener las mejores luces si solo tienes un interruptor simple. El verdadero lujo es la flexibilidad. Por ello, usamos sistemas inteligentes para crear “escenas”:
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Escena “visita”: Baja la luz general y, al mismo tiempo, ilumina el jardín.
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Escena “cine”: Apaga todo, salvo una luz tenue en el suelo.
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Escena «limpieza»: Enciende todo al máximo para trabajar bien. Así, la casa cambia de ambiente con un solo botón.
El baño spa y la cocina
Además, cada habitación necesita una estrategia distinta:
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El baño: Ya no es solo funcional, es un Spa. Por eso, combinamos luz para el espejo con luz ambiental muy suave para relajarse en la ducha.
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La cocina: Es el centro de la casa. Necesitamos luz fuerte para cocinar, pero también lámparas cálidas sobre la isla para cuando vienen amigos.
El jardín: Escenario nocturno
Finalmente, en nuestro clima el jardín se vive mucho de noche. Sin embargo, un error común es poner focos potentes que deslumbran. La mejor estrategia es teatral: iluminar un olivo desde abajo o poner luces bajas en los caminos. En resumen, la luz debe invitarte a salir.
Si quieres que tu proyecto tenga valor las 24 horas, la iluminación arquitectónica es fundamental. Contacta con nosotros para diseñar tus noches.




