Vivienda en Javea | AN6

Una mirada al mar desde la tradición mediterránea

Sobre una de las laderas más privilegiadas de la urbanización Balcón al Mar, en Jávea, se asienta esta vivienda unifamiliar que se proyecta hacia el horizonte. La acusada pendiente de la parcela, de 1.300 m², se convierte en una herramienta de diseño que permite que cada estancia dialogue directamente con el paisaje, con el mar como fondo constante. En este enclave, la arquitectura recupera los códigos esenciales de la tradición mediterránea, reinterpretándolos con sensibilidad contemporánea para dar lugar a una vivienda profundamente vinculada a su territorio.

El encargo parte del deseo de los propietarios de contar con una segunda residencia de marcado carácter estacional, concebida para el descanso y la contemplación. Una vivienda que evocase los sistemas constructivos locales a través de elementos como los muros de mampostería, las cubiertas inclinadas, los techos abuhardillados con viguetas de madera vista, piezas de forja y acabados de textura natural. Una escalera de caracol artesanal, ejecutada con técnicas tradicionales, se convierte en una de las piezas protagonistas, funcionando como símbolo de esta voluntad de continuidad con la arquitectura popular.

La vivienda se desarrolla en dos niveles que se adaptan a la topografía de la parcela, conectados mediante un núcleo de comunicación vertical que resuelve tanto el tránsito funcional como la accesibilidad entre plantas. El acceso principal se produce por la cota superior, donde una gran naya con arcadas enmarca las vistas al mar y actúa como umbral entre el interior y el paisaje.

En esta planta se sitúan los espacios principales: un salón-comedor con cocina integrada y vistas en continuidad hacia el exterior, la suite principal con vestidor y baño, un aseo de cortesía y un lavadero. Desde aquí se accede directamente a la piscina y al área exterior, concebidos como una extensión natural de la vivienda.

La planta inferior, orientada al jardín, organiza tres habitaciones dobles y dos baños, todos ellos abiertos a una terraza cubierta con una segunda naya, generando zonas de sombra y descanso protegidas, en contacto directo con el entorno vegetal. El terreno se modela en plataformas que descienden con la pendiente, contenidas por muros de piedra que estructuran el paisaje doméstico con un carácter profundamente mediterráneo.

En términos de eficiencia energética, la vivienda incorpora soluciones técnicas de última generación: aislamiento térmico reforzado, carpinterías de altas prestaciones, sistemas de climatización mediante aerotermia, suelo radiante, ventilación con recuperación de calor e instalación fotovoltaica, garantizando un uso sostenible y confortable durante todo el periodo estival.

Cada material, cada línea y cada decisión proyectual han sido pensados para establecer una sintonía con la brisa, la luz y la memoria del lugar. Una arquitectura que no necesita imponerse para dejar huella, que no busca destacar, sino permanecer.